
El Señor nos manda a que honremos a nuestro padre y nuestra madre. No dice "padres" en plural, sino que los individualiza. Es necesario honrar al papá, es necesario honrar también a la mamá. La promesa es clara: "Para que te vaya bien". El contraste es que si tú y yo no honramos padre y madre, podemos llegar a fracasar. El Señor no nos va a bendecir. El hijo que maldice, que deshonra a su padre o a su madre, se expone a que el Señor salga en su defensa. Porque Dios es Padre. Dios es el Dios y Padre
Entonces, Dios no tolera que alguien no honre a su Padre, porque Él mismo es Padre. Cuando nosotros no honramos a nuestro Padre visible tampoco estamos honrando al Padre que no vemos. Si puedo honrar a mi padre (que veo), me estoy sujetando a este Padre que no veo.
Proverbios 23:22-25: "Oye a tu padre, a aquel que te engendró; y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies. Compra la verdad y no la vendas; la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia. Mucho se alegrará el padre del justo, y el que engendra sabio se gozará con él. Alégrese tu padre y tu madre, y gócese la que te dio a luz."
"Oye a tu padre". ¡Cuántos han fracasado por no oír a su padre! "Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies". ¡Qué tremendo es todo esto! Desobedecer al padre, y menospreciar a la madre, o avergonzarse de ambos, es algo que trae maldición, que trae una deshonra muy grande. Pero alégrese tu padre, y alégrese tu madre.
2ª Timoteo 3:1 dice: "También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres...”
Los postreros días son nuestros días. Este es el carácter de nuestro tiempo. Así son los hombres hoy día. Así es nuestra generación: Hombres soberbios, vanidosos, desobedientes a los padres... Pero nosotros, con Cristo en el corazón, conociendo la poderosa vida del Señor, nosotros estamos en el mundo hoy para salvar al mundo. Si otros son desobedientes a los padres, nosotros no lo seremos. Nosotros somos creyentes. Si otros menosprecian a su madre y no oyen el consejo de sus padres, nosotros viviremos sujetos a nuestros padres y los honraremos.
El cumplimiento de este mandamiento lleva consigo una recompensa: " Hijos, obedezcan a sus padres como agrada al Señor, porque esto es justo. El primer mandamiento que contiene una promesa es esta:.... para que seas feliz y vivas una larga vida en la tierra”. (Efesios 6,1-3)
Honraremos padre y madre, porque es el primer mandamiento con promesa. Porque Dios lo dice y porque queremos que nos vaya bien. Queremos contar con la bendición del Señor.
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